Las marquesinas siempre han sido un emplazamiento muy recurrente y habitual, para poner diferentes carteles de publicidad. Algo utilizado muy habitualmente por muchos anunciantes, convencional; nada del otro mundo, vamos.
Pero hay quienes han ido más allá. Quién le ha dado una vueltita más a esta ida y ha ido más allá de lo habitual y han roto con la monotonía de ese típico cartelito en la pared de la marquesina, que normalmente pasa con más pena que gloria para la gente. Y lo han hecho convirtiendo la propia marquesina en una acción de street marketing, en lugar de colocar el cartelito y listo. Han utilizado el ingenio y la creatividad, para hacer que su producto no pase inadvertido. Si no que llame la atención y se quede en la mente de los que la ven.
Aprovechándo los minutos que normalmente la gente tiene que esperar a la llegada de su autobús para impactarles directamente (y a los que no lo esperan y lo ven, también).
Aquí dejó estos ejemplos que me han gustado: